Reputación, más importante de lo que pensamos

Permitidme que empiece el post con una pregunta:

¿Os importa lo que la gente piense de vosotros en las Redes Sociales? 

Si alguien ha respondido que no, mejor que no entre en el ámbito del Social Media. Casi total seguridad, va a fracasar.

Aunque estemos muy seguros de nosotros y no nos importe demasiado la opinión que otros tengan de nosotros, en Redes Sociales eso no debe ser así, de hecho, debe ser todo lo contrario, debemos tener muy claro que los demás deben tener una visión positiva de nosotros, ya que todo el entorno dospuntocero y lo relacionado con los Medios Sociales se alimenta de esto: la reputación.

Al tratarse de un mundo en el que las interacciones se dan mediante medios digitales, necesitamos algo que nos permita saber que aquella persona con la que nos relacionamos es de confianza, y eso es lo que hace la reputación.

Antes de seguir os pregunto: ¿Qué es para vosotros tener una buena reputación?

Os pongo un ejemplo:

Estamos en la Francia del rey Luis XVIII o en la España del Capitán Alatriste, como prefiráis. La sociedad tiene preceptos fundamentales que es necesario seguir, entre ellos, la honorabilidad y la buena reputación son fundamentales. Lo peor que nos puede pasar es que atenten contra ellas o que ofrezcamos una imagen negativa para los demás por algún acto deshonroso que cometamos, y si esto ocurre, nuestra honra y nuestro honor difícilmente podrá quedar restablecida.

Los caballeros y las damas son juzgados por su reputación, por lo que los demás piensan de ellos, y sin un buen concepto de los demás, su condición de nobles queda reducido a nada, por lo que deben estar expectantes y atentos a cada paso que dan, para no caer en el pozo de la deshonra.

Los nobles ganaban su reputación y su condición de honorables realizando actos honrosos y manteniendo una buena actitud, llevando una vida impecable.

Volvamos a nuestro tiempo: el Social Media es exactamente igual. Los demás usuarios valoran por encima de todo el poder confiar en el profesional con el que interaccionan, y su buena reputación es fundamental para ser considerado, valga la redundancia, un buen profesional, de confianza y como un punto de referencia.

La reputación es lo que nos avala ante los demás, y eso se consigue con nuestro buen hacer y nuestro trabajo diario.

¿Qué pasa si tenemos, por contra, una mala reputación? 

Seremos rechazados como profesionales y no conseguiremos los objetivos marcados, tanto si representamos a una marca, con lo cual los efectos pueden ser devastadores, como si nos representamos a nosotros mismos.

Hay que tener extremo cuidado en no dañar nuestra reputación, ya que, como alguien me dijo una vez, es como la virginidad, sólo se pierde una vez.

Si ya hemos sufrido esto, la pérdida o daño de la reputación, o si ha sucedido algo que la pone en peligro, debemos estar preparados, tener un plan que cubra esta contingencia perfectamente consensuado con los departamentos correspondientes, si somos empresa, o, si trabajamos por nuestra cuenta, perfectamente estructurado y pensado para estos casos.

Hay quien afirma que en Internet y en Redes Sociales lo importante es que hablen de tí, no importa si bien o mal. Eso no es cierto. En Social Media el objetivo es que hablen de nosotros, pero bien, lo mejor posible, de lo contrario, tendremos un problema grande.

¿Tú qué opinas? ¿Sabes qué reputación tienes?

Lo que el Social Media se llevó

Aunque ya sabemos que el Social Media no es nada nuevo y que, simplemente, es una adaptación a los nuevos tiempos y a los nuevos medios de lo que existía hace veinte años en el mundo del marketing y la empresa, sí que ha abierto la puerta a nuevas actitudes.

En la actualidad existe una tendencia a deshechar todo lo que no es digital, desde periódicos hasta libros, y a ensalzar las virtudes y beneficios de todo lo tecnológico y lo dospuntocero debido a su gran capacidad de ser social. No nos engañemos, lo Social es Trendy, se lleva.

Estamos en la era del Human Media, del Social Media dirigido a lo humano, y de la colaboración, lo que se lleva cada día a un punto diferente.

Las empresas se han visto obligadas a subirse al carro de esta nueva ola, teniendo que adaptarse a marchas forzadas a lo dospuntocero, por lo que aún pelean a diario muchas para implantar los medios que la presencia en Social Media requiere, aunque, siendo sinceros, les cuesta mucho trabajo, pero saben lo necesario que es para ellas.

La mentalidad ha cambiado con el advenimiento de las Redes Sociales: los profesionales y empresas se han dado cuenta de que aquí hay negocio, pero no sólo de eso, sino de que es una parte fundamental del mismo.

El modelo de la empresa unopuntocero es algo caduco y obsoleto y hoy en día es rechazado por la mayor parte de profesionales que se dedican al mundo de las Redes Sociales: una empresa que no considera a sus clientes, que no crea contenido virtual para ofrecerlo de forma gratuíta y altruista (aparentemente, puesto que detrás de esta acción hay una estrategia de posicionamiento como fuente de información o influenciadores), una marca que no viva por y para su audiencia tiene los días contados (para los más despistados, os recomiendo que volváis a leer el Manifiesto Cluetrain). Ahora es el consumidor quien ha dado un paso al frente y tiene la sartén por el mango: ya no se conforma con comprar el producto que le impone la marca mediante la publicidad, sino que es él quien toma la iniciativa y se informa acerca de ese producto. Es prescriptor y consumidor. Es el prosumer.

Por este cambio de actitud en el consumidor las marcas y empresas se ven en la imperiosa necesidad y obligación de ofrecer algo de calidad y de entablar una relación de confianza con su clientela, su audiencia, y mimar y cuidar cada paso que da. Además, la empresa sabe bien que el consumidor expresará su descontento, y que la crítica puede correr como la pólvora, en las Redes Sociales, puesto que somos mucho más proclives a contar siempre lo malo que lo bueno.

Si hay algo que el Social Media se ha llevado ha sido la creencia de que el canal unidireccional era el único posible y la creencia de que los clientes no podían ser otra cosa que el target de sus acciones comerciales.

¿Qué pensáis? ¿Qué otras cosas se ha llevado el Social Media?

Actualizaciones automáticas en Social Media, ¿sí o no?

Uno de los principales hándicaps de los Community Managers a la hora de realizar su labor profesional es la falta de tiempo, ya que, con frecuencia, deben realizar tareas muy variadas, por lo que nunca viene mal un poco de ayuda extra.

Aparte de la necesaria organización para poder llevar a cabo todas sus trabajos, el Community Manager cuenta con diferentes herramientas que le facilitan su quehacer diario, herramientas que cubren muy distintas necesidades de este profesional, como pueden ser, por ejemplo, monitorizar la web, escribir y editar los posts que tenga que publicar, además de poder elegir cuándo publicarlos, filtrar palabras claves usadas como hashtags, o programar publicaciones en los diferentes perfiles sociales.

Este tipo de herramientas, las que nos permiten elegir el momento en el que queremos que salga una actualización, hacen que podamos realizar otras acciones y no estar durante todo el tiempo de nuestra jornada actualizando en los distintos canales, dejándonos optimizar nuestro tiempo.

Existen una gran cantidad de herramientas para realizar esta función, como por ejemplo, y todas las que mencionaré son gratuitas, como Hootsuite, una de las herramientas más completas que existen para la gestión de las diferentes redes sociales. Esta aplicación tiene la ventaja de ser web based, por lo que no es necesario instalarla en nuestra máquina. Además, nos permite gestionar nuestros perfiles en Twitter, Facebook, Foursquare o LinkedIn, aunque continuamente están siendo añadidas más redes sociales. Otra herramienta que nos permite programar es Tweetdeck, que es similar a Hootsuite y permite realizar las mismas acciones.

Una de las grandes objeciones que se suelen poner a la programación de actualizaciones con estas plataformas es que hay redes sociales que penalizan en el posicionamiento web si se hacen publicaciones con aplicaciones externas a ellas mismas, como es el caso de Facebook, para cuyas publicaciones existe una herramienta muy interesante y que da el aspecto de una publicación manual, PostPlanner.

Por otro lado, los más críticos con la actualización automática de los perfiles sociales aducen que es una práctica que va totalmente en contra de la esencia de los Social Media, ya que, según sus detractores, rompe la relación personal con nuestra audiencia.

Pero no todo es blanco o negro. Una automatización total de un perfil puede ser muy negativo, puesto que es cierto que lo que hace especial a los canales sociales es la humanización de los mismos, y, con la absoluta automatización, seremos asociados a lo robótico, sin interaccionar con nuestra comunidad y sólo preocupados por difundir nuestra información de una forma unopuntocero.

Así pues, ¿qué es mejor? Lo más efectivo es usar la programación de actualizaciones para lanzar nuestra información para, simplemente, preocuparnos de si nos hacen un retweet o nos hacen una crítica, para poder establecer un diálogo con nuestra audiencia, y contestarles. Contestar siempre.

¿Y vosotros qué opináis? ¿Usar Hootsuite u otro similar o actualizar manualmente?

 

No seamos cool, seamos profesionales

Siguiendo con la serie de post que tienen como objetivo “Desmitifiquemos los Social Media» hoy os propongo unas breves reflexiones acerca del uso del lenguaje y términos impronunciables.

Dejémonos de rollos y hablemos alto y claro. Cada vez con más frecuencia observo como compañeros y expertos de la consultoría y los Social Media se esfuerzan por “inventar nuevos conceptos” y citar cada vez más anglicismos en sus ponencias y presentaciones, haciendo difícil de seguir el hilo discursivo de sus intervenciones y creando, a mi parecer, reticencias en empresarios y directivos que se acercan a sus charlas para tratar de enterarse sobre los cambios que están sucediendo en la manera que tenemos de comunicarnos y hacer negocios con nuestros clientes.

Lejos de parecer cool o más profesionales, creo que, como consultores y profesionales del medio, debemos hacer un esfuerzo por comunicarnos con ellos y por tanto, para que nos entiendan. Al fin y al cabo, ellos son nuestros potenciales clientes y debemos convencerlos con argumentos y razonamientos que les transmitan confianza y credibilidad hacia nosotros y nuestro trabajo.

Estoy seguro, y mi experiencia personal así me lo demuestra, que si les contamos de una manera llana y profesional que las empresas que están en los Medios Sociales fundamentalmente por los siguientes motivos,

– Ganar notoriedad y reputación de nuestra marca.

– Incrementar el número de contactos y poder comunicarnos con ello de forma directa y eficaz

Mejorar nuestras ventas y la prescripción de nuestros productos y servicios

ya tendremos argumentos suficientes y atractivos para que nos escuchen y despertar el interés por parte de los asistentes.

Además, si somos capaces de conectar con nuestra audiencia, les mostramos la forma de llevarlo a cabo, el esfuerzo que se precisa para elaborar un plan estratégico de marketing y comunicación, damos ejemplos del sector que muestren los beneficios y riesgos de aplicar bien o mal las acciones y el personal cualificado que se precisa para llevarlo a cabo con las máximas garantías posibles, nuestro trabajo y honorarios pueden estar más que justificados.

La última reflexión que quiero destacar es que, aunque es nuestra obligación como profesionales conocer las tendencias, ver cuáles son las mejores prácticas del sector, y estudiar cómo debemos aplicarlas para nuestros negocios o los de nuestros clientes, ello no significa que se lo tengamos que mostrar a nuestros clientes para impresionarlos de lo listos y preparados que estamos.

Un lenguaje directo, sincero y honesto sobre cómo podemos ayudarles a mejorar en sus negocios, nos puede posicionar como profesionales que sabemos que estamos hablando de negocios y de objetivos empresariales, y que conocemos las necesidades de nuestros clientes; pero claro, a más de uno le puede dar pavor no estar respaldado por palabras y términos raros y pomposos que sólo ellos parecen entender y que le dan “seguridad para vender la moto» a sus clientes.